Tras nueve meses de dulce espera, por fin tienes a tu hij@ en brazos y la noticia de su nacimiento corre como la pólvora entre amigos y familiares.

Llamadas, mensajes, visitas… Todos quieren conocer al nuevo miembro de la familia y ser partícipe de tu alegría, pero quizás a ti no te apetezca estar encadenando una visita tras otra, mostrando tu mejor sonrisa y respondiendo una y otra vez a las mismas preguntas.

No es habitual cuestionarse la idoneidad o no de recibir visitas en el hospital tras el parto, simplemente se supone que es lo que se debe hacer, lo que hace todo el mundo.

Algunas parejas, sopesan pros y contras y prefieren recibir el mayor número posible de visitas en el hospital para:

  • Disfrutar de un merecido descanso y adaptación una vez vuelvan a casa.
  • Liberarse de la obligación de tener todo ordenado y listo para recibir visitas.
  • Acortar la duración de las mismas, sabiendo que en el propio hogar tienden a eternizarse mientras que en el hospital raramente se alargan más allá de unos minutos.

 

Aunque antes de quedarme embarazada no imaginaba satisfacción más grande que presentar a tu bebé a todo aquel que se acercara a conocerlo, durante el embarazo empecé a ver todo con otros ojos.

Me puse en situación, imaginando cómo serían esos primeros días, cómo viviríamos el pasar de pareja a familia, si serían momentos de nervios, si sería fácil la adaptación, qué papel tendrían en todo esto las visitas… Y decidimos que queríamos vivir la experiencia de forma íntima, sin interferencias ni distracciones, solos los tres.

Comunicar esta decisión a la familia no fue fácil, no todo el mundo logró entenderlo a la primera, pero teníamos claras tres razones para evitar las visitas en el hospital y posponerlas el tiempo que creyésemos necesario:

 

Razón 1:   La necesidad física de descanso

 

Sea como sea tu parto, es una experiencia que te deja agotada.  Probablemente hayan sido muchas horas de parto y te cueste recordar las horas que llevas sin dormir.

Si además has tenido un parto altamente intervenido o que ha acabado en cesárea, al sueño acumulado se le une a la incomodidadque puedas estar sufriendo por posibles puntos, la presencia de una o más vías intravenosas, etc.

El propio personal médico ya se encargará de interrumpir tu descanso varias veces cuando menos te lo esperes, así que es importante aprovechar para descansar cualquier ocasiónque tengas, como pueden ser las siestas del bebé.

Otro factor que suele pasar desapercibido es la necesidad de calma y reposo del recién nacido.

Su sistema nervioso está aún por desarrollar, no tiene los mecanismos necesarios para procesar todos los estímulos que se dan a su alrededor y se estresa fácilmente.

No olvidemos que la seguridad y tranquilidad de las que disfrutaba en su vida intrauterina ha desaparecido, llegando a un mundo donde todo es diferente y extraño para él.

Para garantizarle una adaptación serena y plácida es necesario proveerlo de un ambiente tranquilo, sin ruidos, demasiadas luces ni estimulación excesiva, permitiendo que pueda adaptarse a su nueva vida sin estrés ni ansiedad.

 

Razón 2:   Dejar que las hormonas hagan su trabajo

 

Las primeras horas y días tras el nacimiento no son el mejor momento para experimentar una agitada vida social.

Es indispensable que la nueva mamá y el bebé permanezcan en  contacto constante,  tocándose, mirándose, oliéndose, conociéndose.

Como en todas las mamíferas, tras el nacimiento se da un pico de hormonas del amor que permite establecer el vínculo emocional de forma única, se trata de un momento crucial que garantiza un vínculo estable y duradero.

La segregación de oxitocina facilita la recuperación tras el parto, permite establecer un fuerte vínculo madre-bebé y tiene un papel primordial en el establecimiento de la lactancia.

No obstante, es una hormona «tímida», que no puede ser segregada si a la vez se está experimentando tensión, ansiedad o preocupación, pues la secreción de adrenalina interfiere con la de oxitocina.

Si ha habido separación entre mamá y bebé tras el parto o éste ha sido por cesárea, es todavía más importante que el bebé no pase de unos brazos a otros, ambos deben seguir juntos una vez pasado el periodo sensitivo que la naturaleza ha previsto para que mamá y bebé se enamoren perdidamente.

El vínculo emocional no se establece de igual forma cuando hay separaciones tempranas.

En estas ocasiones, la nueva madre puede no sentir todo ese torrente de emociones que esperaba sentir al tener por fin a su bebé en brazos, en estos casos es todavía más importante garantizar la proximidad y el contacto permanente entre ambos.

Mientras la mamá tenga a su bebé en brazos, podrá disfrutar de su cercanía, sintiendo que conecta con él, que empiezan a conocerse,influyendo positivamente en los sentimientos que sentirá hacia ella misma y su nuevo rol de madre.

 

Razón 3:   El impacto en el éxito de la lactancia materna

 

Tras el parto el bebé estará en un estado de vigilia durante aproximadamente una hora en la que, si es puesto piel con piel encima de su madre, será capaz de reptar hasta el pecho y prenderse correctamente para iniciar la lactancia.

Esa es la mejor forma de conseguir un agarre natural e iniciar una lactancia exitosa.

Se ha demostrado que los bebés que permanecen junto a sus madres en todo momento disfrutan de lactancias más prolongadas y satisfactorias.

Las primeras horas y días tras el nacimiento del bebé son cruciales para garantizar el éxito de la lactancia, la nueva mamá necesita sentirse tranquila, arropada y comprendida.

La presencia de visitas que puedan estar cuestionando sus decisiones o dando consejos poco afortunados pueden ser completamente contraproducentes, inquietar a la mamá y disminuir la confianza en su instinto materno.

La mayoría de aspectos que pueden interferir en el éxito de la lactancia suceden los primeros días de vida del bebé, por lo que es fundamental que la mamá cuente con el apoyo necesario, sin sentirse cuestionada ni juzgada.

La presencia de una comadrona o enfermera con formación actual en lactancia maternadebe ser la única visita obligada en caso de tener dudas o dificultades para iniciar la lactancia.

Estas fueron mis tres motivaciones principales, y de encontrarme otra vez en la misma situación, tomaría la misma decisión.

Si ya has pasado por esto, ¿cómo fue en tu caso?  Si estás esperando a tu bebé, ¿habías pensado en el efecto que las visitas pueden tener en el establecimiento del vínculo afectivo y el correcto establecimiento de la lactancia?

Texto: Neux Virgili, psicóloga.

Vía: explorandolamaternidad.com

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