El corazón del embrión comienza a formarse a los 20 días de la concepción, y desde ese primer momento empieza a funcionar. En torno a la 6ª semana de gestación ya será posible escucharlo con un aparato de ultrasonido de alta calidad.

Escuchar el corazón de nuestro bebé por primera vez es, sin duda, uno de los momentos más bonitos del embarazo. Ese latido, que parece que va a mil por hora, marca la vida de nuestro pequeño, que crece y se desarrolla dentro del útero de su mamá. Así, son muchos los padres que se echan a llorar cuando oyen por primera vez este precioso sonido.

Este momento sucederá antes o después según cuándo le hagan la primera ecografía a la mamá, pero lo cierto es que el corazón comienza a formarse a los 20 días de la concepción. El tejido embrionario forma un tubo cardíaco mediante la fusión de dos vasos sanguíneos, lo que forma la estructura primitiva del corazón. En ese mismo instante comienza a tener sus primeras contracciones: comienza a latir.

No obstante, si nos hacemos una ecografía antes de la semana 7 de embarazo puede que no se oiga todavía el latido. No es hasta la sexta semana más o menos cuando el corazón, al seguir desarrollándose, comienza a latir con más fuerza y a suministrar una circulación sanguínea muy sencilla. Desde ese momento se puede oír el corazón si contamos con un aparato de ultrasonido muy potente.

Con ecografías vaginales normales se puede escuchar desde la semana 8-9, aproximadamente, pero no siempre llega bien el sonido, lo cual no significa que haya algún problema. La calidad del ecógrafo, la cantidad de líquido amniótico o el peso de la mamá pueden dificultar oírlo en estas primeras semanas. Sí puede en cambio verse perfectamente en el monitor del ecógrafo.

Y en la semana 12 de embarazo, cuando se hace la primera ecografía oficial para detectar posibles anomalías o malformaciones, ya puede escucharse perfectamente el latido del bebé.

¿Cómo es posible oír los latidos?

Las ecografías emiten una serie de ultrasonidos que rebotan y devuelven la imagen al monitor. Como los ultrasonidos no se propagan bien por el aire, se emplea un gel en la sonda que se pone encima de la tripa para poder oír los latidos.

Verás que los latidos son mucho más rápidos que los de un adulto. El corazón de un feto late entre 120 y 160 pulsaciones por minuto, casi el doble que el de su mamá en reposo.

Hacia la semana 18 de embarazo se pueden escuchar también los latidos con un estetoscopio Pinard, un aparato con forma de campana que permite auscultar los latidos colocándolo encima del vientre de la mamá.

Texto: Los Consejos de tu matrona. Vía: Ordesa

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