El sexo de una persona se establece en el momento mismo de la concepción, ya que depende del cromosoma que aporte el espermatozoide. Por lo tanto, es el padre el que determina si el bebé será niño o niña. 

De los 46 cromosomas que tiene una persona, el sexo viene determinado solo por dos: X (cromosoma femenino) e Y (cromosoma masculino). Una mujer tendrá dos XX, mientras que un hombre tendrá XY.

El sexo de un bebé se fija en el momento de la concepción, cuando el espermatozoide fecunda al óvulo, aunque esta información no se pueda comprobar en un ultrasonido hasta la mitad del embarazo más o menos. No obstante, actualmente hay formas de saberlo antes mediante análisis de sangre o de orina específicos. 

Esto es así porque todos los óvulos contienen información genética femenina, todos aportan un cromosoma X, es decir, todos los óvulos son “femeninos”; mientras que los espermatozoides pueden llevar un cromosoma X o un Y. Según sea uno u otro, será niño o niña. Por lo tanto, el padre es el “responsable” de determinar el sexo del bebé.

El método más fiable de conocer el sexo del bebé es mediante la ecografía de las 20 semanas; antes de ese momento, es fácil confundirse ya que los órganos reproductores aún no se ven con claridad.


Algunas familias solo tienen niñas, mientras que otras tienen niños. Esto puede hacer pensar que la genética influye en el sexo de los hijos, sin embargo, los expertos afirman que depende del azar.

Sí es cierto que los espermatozoides X son diferentes de los Y. Mientras que los primeros son más grandes, más fuertes, más lentos y más resistentes en condiciones moderadamente adversas o ácidas, los Y son más rápidos, pequeños y débiles, llegan primero pero mueren antes. Por lo tanto, según el día de ovulación en que se produzca la fecundación y las condiciones de la vagina, hay más o menos posibilidades de que llegue un espermatozoide de un sexo o de otro. Más allá de eso, es pura suerte.

Esto significa que, si quieres tener una niña, tienes que tener relaciones dos días antes de la ovulación para que, cuando se produzca esta, haya más posibilidades de que solo queden espermatozoides X porque son más resistentes. Pero, si quieres niño, tienes que mantener relaciones justo el día de la ovulación para que los más rápidos, los Y, lleguen antes a la meta. Este método es bastante efectivo, pero tienes que tener en cuenta que solo aumenta las posibilidades de elegir sexo hasta el 75% más o menos, por lo que todavía hay muchas posibiliades de que sea lo contrario. 
 

Hay algunos casos, muy raros, de familias que son portadoras de un gen que resulta letal para uno de los dos sexos (normalmente, el masculino), con lo que el organismo expulsa cualquier embrión que tenga ese sexo. Sin embargo, esta es una condición muy extraña que se ve muy pocas veces.

Texto: Irene García. Vía: Todo papás.

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